Ayer empecé a trabajar después de casi tres semanas de vacaciones y aunque nunca he sido de los de "síndrome post-vacacional" reconozco que cada año me cuesta más volver.
Hay un momento en el que te rompes por dentro y es justo cuando vuelves a activar la alarma y el móvil te dice "la alarma sonará en seis horas y cinco minutos". Esa noche te despiertas un par de veces. La primera al poco de dormirte (y cuando ves la hora te alegras por todo lo que te queda para dormir) y la segunda, unos minutos antes de que suene la alarma (que es cuando te quieres morir).
Pronto recuerdas lo "bonito" que es ir en transporte público ya sea por los atascos o por la compañía tan cercana en la que puedes descubrir nuevos olores antes jamás olidos. Siempre es agradable llegar a la oficina y que te suelten aquello de "lo bueno siempre se acaba" o el "para haber estado en la playa, has cogido poco color".
Aunque creo que uno de los mejores momentos es el que revuelves los papeles buscando la password que dejaste escrita para la vuelta y que no encuentras y no recuerdas cual era. (Si la introduces a la primera es un gran EPIC WIN).
Así que ayer me pasé el día como Joey en aquel capítulo de Friends en el que miraba melancólico a través de una ventana (realmente era de pega) por la que caía lluvia. Y me puse a buscar canciones tristes y encontré una especie de encuesta en la que la más votada era esta de REM que traigo a este #VDLN
Si os soy sincero, la vuelta no estuvo tan mal. Los compañeros no me dieron para nada el coñazo, no tenía tanto trabajo acumulado como me temía y encima HOY ES VIERNES...
Temazo de REM y suerte con ese regreso a lo cotidiano. Feliz semana.
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