lunes, 28 de diciembre de 2015

PADRAZO

Cuando pensé en escribir sobre el tema "PADRAZO" lo primero en lo que pensé fue en su significado. Si acudimos a la RAE, nos encontramos con esta definición:




Para los que venís de la Logse o incluso de la ESO, también os pongo el significado de indulgente por si acaso:



Si le preguntáramos a mi peque mayor, con sus doce años, nos diría que para nada soy indulgente (como mucho diría que con ella no, si acaso con sus hermanas). Así que no encajo en el "PADRAZO" de la RAE.

Más coloquialmente, por "PADRAZO" se puede entender aquel padre que ayuda a su mujer con los hijos. Y claro, por ahí tampoco encajo. Y no, no es que no me encargue de mis hijas, es que no encajo en lo de "ayudar" a mi Santa. La crianza y educación de nuestras peques no es únicamente exclusiva de mi Santa y yo simplemente paso por allí a dar algún relevo.

Por padrazo, también podemos considerar sinónimo de un buen padre, pero claro, eso nos lleva a intentar definir que es un buen padre. Pues, como no podría ser de otra manera, no tengo ni idea. En la paternidad, como en la vida en general, yo creo en que hay que aplicar siempre la lógica. En casa no nos hemos repartido las tareas. Es cierto que habrá cosas que se le den mejor a uno que al otro, pero no son exclusivas de nadie. Las hace a quien le toque.

Por ejemplo, la mayor parte de los baños de las peques los he hecho yo. Pero no porque a mi Santa no le guste (¿a quién no le gusta bañar a su bebé? es uno de los mejores momentos de ser padre) si no que ella es una masterchef de la cocina y yo soy uno de la cocina del infierno. Entonces, mientras ella prepara la cena, yo me encargo de los baños.

También están los cambios de pañal. Recuerdo una pareja de amigos (ya separados) que llevaban la cuenta de los pañales que iban cambiando. Recuerdo quedar con ellos y oírles,


- Se ha hecho caca, te toca a ti cambiarle que antes lo he hecho yo.

- Ya pero lo tuyo había sido pis y yo ya he cambiado dos cacas.

- ¡Ah!, mala suerte.


Aunque estos "por lo menos" se turnaban. Tenemos otros (estos todavía siguen juntos) que él nunca cambió un pañal (a lo mejor os parece exagerado, pero yo no tengo conciencia de haberle visto hacerlo). Es más, si el bebé estaba con él y notaba que se había hecho caca, se lo pasaba a su mujer para que lo cambiara (y lo peor, es que ella lo hacía sin rechistar).

Nosotros lo hacíamos por proximidad. Le ha cambiado el que estuviera más cerca (no es en plan "el que lo huele, lo cambia") o menos ocupado o el que pasará por allí. Incluso, (con la peque bebé nos ha pasado mucho) el que ellas eligieran. A lo mejor iba mi Santa a cambiarla y ella decía "tú no, papá" y me tocaba a mi. Y cualquiera discutía. Se ponía a patalear y corríamos el riesgo de un tsunami de (literalmente) mierda.

Y por las noches, tres cuartos de lo mismo. Se levanta el que menos cansado esté (porque cansados, estamos los dos). No destaco por tener la "sordera nocturna del padre" esa de la que hablan muchas mamás. No sé si será porque siendo todavía bebé nuestra peque mayor, mi Santa se tuvo que ir una semana fuera por trabajo y tuve que agudizar aún más mi oído por si no la oía llorar (porque encima estaba malita la pobre). El caso es que, si se cae el edificio, a lo mejor no lo oigo, pero he logrado notar dormido incluso cuando se desarropan.

Y así todas las demás situaciones que se dan en el día a día. Siempre intentamos que se imponga la lógica, no el género para hacerlas. Dar el biberón, llevar a la enfermera o pediatra, las reuniones con los profesores, ir de compras, las fiestas de cumpleaños, etc. Intentamos ir siempre los dos juntos, pero si no se puede, va uno de los dos sin tener en cuenta, las otras veces que lo hemos hecho ya.

Como conclusión, yo no me considero un padrazo. Si acaso, un padre comprometido, pero tampoco, simplemente intento ser un buen padre. Queriendo estar presente en todos los momentos (importantes o no) de mis peques. Eso sí, siendo consciente de que no le llego a la suela de los zapatos a mi Santa. Porque ella tiene en la cabeza un puzzle de mil piezas que va encajando y yo uno de (como mucho) veinte piezas. Cuando yo estoy pensando en que vamos a hacer al día siguiente, ella ya está pensando en toda la semana e ir encajando todo lo que vamos a tener todos los miembros de la familia e incluso alternativas por si nos sobreviene algún imponderable. Ella es mi verdadero ÍDOLO.

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