Hacía tanto que no escribía un post que casi no recordaba como entrar en el blog. Hoy os voy a contar un poco el porqué de esta larga ausencia y espero que queden contestadas todas las preguntas que me habéis hecho estos meses acerca de mi abandono blogueril.
Últimamente escucho mucho a Love Of Lesbian y probablemente en los próximos post aparecerán de una manera u otra. Pues bien, hay una canción que me viene al pelo para este post. Se titula el Yin y el Yen y empieza así:
¡Qué rabia das!
Lo siento si te ofende
mi sinceridad.
Tú da gracias a Dios
que sepa controlarme
la respiración.
Cuando te conocí
pensé que eras idiota
arrogante y cabrón,
pero sorpresa para mí,
al cabo de unos meses
mi opinión fue a peor.
Por eso pienso sublimar
el odio en esta vil canción,
me sirve de terapia.
La verdad es que parafraseando esta última frase, quería hacer un post que me sirviera de terapia, pero luego he pensado que a ver si por una casualidad lo iba a leer quién no debía y me metía en un lío.
Porque imaginad que me desahogo contando como se aprovechan las empresas de que el mercado laboral esté tan mal y nos hagan trabajar más de la cuenta y que no nos paguen ese más de la cuenta.
Porque imaginad que me desahogo contando como de una manera subliminal te hacen ver que si protestas o te quejas puedes acabar en la calle aunque seas un buen profesional que nunca ha dado un problema.
Porque imaginad que me desahogo contando que después de haber trabajado estando malo, festivos, fines de semana tu empresa solo te reenvía un correo del cliente felicitando al equipo por el esfuerzo.
Porque imaginad que me desahogo contando que a pesar de haber trabajado como el que más, al final, la (pseudo)gloria, la (pseudo)fama y el mayor reconocimiento económico se lo llevan los de siempre, los que mejor saben venderse.
Porque imaginad que me desahogo contando todo lo que me arrepiento porque por primera vez desde que mis peques empezaron el cole he faltado a todas las reuniones con los profes de principio de curso.
Porque imaginad que me desahogo contando lo mal que me he sentido porque llegando tarde a casa cada día, apenas he disfrutado de mis peques, si no todo lo contrario. Porque el estrés y el mal humor con el que llegaba a casa hacían que tuviera demasiada poca paciencia con ellas. Y por supuesto, ellas no se merecían ese mal humor.
Porque imaginad que me desahogo contando la impotencia que siento al ver que haciendo bien mi trabajo el futuro (como decía Antonio Molina) es muy oscuro ya sea porque hay pocos (o ninguno) proyectos y si hay, será tan malos o peores que este.
Así que mejor no me desahogo y simplemente, como dice otra canción de Love Of Lesbian
Dale a tus males pasajeros
un billete sólo de ida y así
se irán, huirán, fluirán, caerán.
La culpa es una losa que pesa demasiado. No te la eches encima, que no es culpa tuya. Ánimo, y un abrazo :)
ResponderEliminarQue bueno que volviste!
ResponderEliminar