DÍA DEL PADRE...EL HOMBRE MÁS FELIZ DEL MUNDO

Os invito a hacer un ejercicio de imaginación. Vamos a pensar en tres situaciones especiales. En la primera nos imaginaremos que somos un jugador de fútbol profesional y hemos llegado a ser el capitán de nuestro equipo de toda la vida (por ejemplo del Atlético de Madrid) en una final de la Champions.
Y en ese partido, cuando faltan cinco minutos para que acabe la final, metemos el gol que nos da el título y todos nuestros seguidores corean nuestro nombre haciéndonos sentir el hombre más feliz del mundo.

Segunda situación. Somos el cantante de un grupo de música que organiza un concierto multitudinario en un estadio de fútbol (por ejemplo el Vicente Calderón). Y cuando nos ponemos a cantar esa canción que escribimos al principio de nuestra carrera y que nos salió redonda y sabemos que probablemente no volvamos a escribir otra igual, levantamos el micrófono señalando al público y todos, al unísono la cantan perfectamente haciéndonos sentir el hombre más feliz del mundo.

Tercera situación. Somos un modesto director de cine (por ejemplo, José Luis Garci) y con una película pequeña pero que nos ha salido perfecta nos nominan a los Oscar de Hollywood. Y en ese mismo momento que la estrella americana de turno (por ejemplo Clint Eastwood) abre el sobre y dice el título de nuestra película, nos sentimos el hombre más feliz del mundo.

Pues bien, estas tres situaciones (fútbol, música y cine que son unas de mis grandes pasiones) no se pueden comparar a aquella noche de Noviembre de hace casi once años, cuando la matrona en el paritorio del hospital me dijo que me asomara para que viera como iba saliendo la cabecita de mi primera peque. Aquel momento no lo podré olvidar en mi vida y sí, ahí sí me sentí EL HOMBRE MÁS FELIZ DEL MUNDO.