martes, 28 de abril de 2015

LA PRIMERA VEZ DESPUÉS DE LA PRIMERA VEZ

Hoy hablaremos de la primera vez que tuvimos noticias del sexo después de ser papás por primera vez. Y, por extraño que parezca, esas noticias fueron durante la primera noche en casa con la peque mayor.

Imaginad.
Madrid, 2003. Otoño.
Una joven pareja con su bebé recién nacido.
Es la primera noche que pasan los tres en casa.
La bebé no para de llorar en toda la noche.
Esto es lo que pasa...

Para poneros en antecedentes (y a riesgo de que nos cataloguéis de malos padres) las dos noches que pasamos en el hospital después del nacimiento de nuestra peque mayor, la bebé se quedó en el nido (¡¡oh!! ¡¡sacrilégio!!).

Hoy supongo que actuaríamos de manera distinta (o no, quien sabe) pero lo cierto es que tuvimos la oportunidad y optamos por ello. El caso es que aquellos dos días de hospital tuvimos los "problemas" de cualquier padre primerizo (o no, también. Lo mismo solo fueron nuestros "problemas").

Por ejemplo, costó la lactancia y en el hospital, dependiendo de la enfermera que tocaba, te decía una cosa o la contraria, siendo de poca ayuda. Recuerdo también la cantidad de visitas que tuvimos y lo poco "bordes" que fuimos con ellos. Y esto, lo que hizo fue que tuviéramos la habitación llena de gente, que te daba también información contraria y que hacía que el nivel de agobio y el medidor de NoVoyASaberHacerloBien, llegara a cotas altísimas. De este fallo aprendimos y en los dos partos siguientes, conseguimos que las visitas fueran (como la vuelta a casa después de las vacaciones de verano) escalonadas, y que, con la experiencia, el agobio (existiendo siempre) no fuera ni predominante ni dominante de la situación.

Pero centrémonos, que aquí hemos venido a hablar de lo único. La peque se pasó la noche aquella llorando. Nosotros como buenos padres primerizos no sabíamos que hacer. Después de probar lo típico, hambre, gases o caca...seguíamos siendo incapaces de que se durmiera y dejara de llorar. Tampoco era un gran lloro, era más bien una queja (supongo que era su manera de decirnos que a ella también le costaba adaptarse a nosotros). Pero claro, había calado en nuestro cerebro de primerizos aquello de "no le duermas en brazos que como se acostumbre..." y el "no le duermas moviendo el carro, que ya verás..." que no sabíamos que hacer, si coger en brazos el carrito o meternos nosotros en él.

Y claro, la desesperación de ver que era ya de madrugada y que se oía el llanto en el silencio de la noche, solo pensábamos en los pobres vecinos que no podrían dormir. Al final, como no podía ser de otra manera, acabo durmiéndose. La dejé en la cuna y andando muy despacio para no hacer ningún ruido (maldita tarima flotante) me tumbé al lado de mi Santa para ver si podíamos descansar un poco.

Y entonces lo oímos. Unos jadeos acompañados de ruidos de muelles, algún "sí, sí..." y "oh, oh...". No nos lo podíamos creer. Nosotros preocupados por los vecinos y ellos, en vista que tampoco podían dormir (vete a saber si por el llanto de nuestra peque) se dispusieron a tener sexo. Pero no uno cualquiera de aquí te pillo aquí te mato, que va...Uno de "nosotros no dormimos, pues vosotros tampoco".

Así que siempre recordaremos nuestra primera noche en casa como padres como aquella en la que no pudimos dormir porque la peque no se dormía y, además, porque mis vecinos se dispusieron a tener una madrugada de sexo.

PD: como dato, deciros que nunca más les oímos (teniendo sexo, se entiende). Es más, unos años después, se separaron. Y los únicos jadeos que volvieron a salir de esa casa fueron los de su hijo mayor un día que montó una fiesta y que nos hizo recordar aquella primera noche en la que por primera vez tuvimos noticias del sexo después de ser papás por primera vez.

2 comentarios:

  1. jajajajajajajajaja que bueno!!!!!!!!!!! a ver...se me entienda...
    la primera parte tenía una sonrisa bobaliconamente tierna. Y en la segunda me estaba aguantando las carcajadas, aunque me imagino que vosotros no os reíais tanto, porque yo también he tenido en algún momento "vecinos pasionales" y gracia gracia....no es que haga ^_^

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    1. Yo recuerdo, tirarme literalmente en la cama (cayendo como un boxeador en KO) y de repente oír aquellos gemidos y pensar "esto no puede ser verdad"...

      Un besote...

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