martes, 22 de octubre de 2013

LOS PADRES DE LAS AMIGAS DE MIS HIJAS, ¿SON MIS AMIGOS?

Si después de leer el título del post has cantado "Huy, vaya lío", enhorabuena, eres un friki en potencia (si no lo eres ya) que creciste en los ochenta (que jóvenes somos, ¿verdad?, ¿VERDAD?) y, como yo, tienes en la cabeza datos absurdos que sirven para muy poco.

Para todos los demás os diré que la canción que se parece al título del post es "Los amigos de mis amigas son mis amigos" y que la cantaba el grupo Objetivo Birmania, que nació al calor de la movida madrileña a principios de los ochenta, y que, como dato absurdo que no sirve para nada os diré que, después de muchas idas y venidas de los componentes del grupo, una de las cantantes que quedó fue la ahora actriz Lola Baldrich, que tiempo después participó en la exitosa serie de Emilio Aragón "Médico de Familia" (era Gertru, la enfermera del Dr. Nacho Martín).

Pero bueno, dejemos los datos absurdos (que sólo nos sirven para que cuando se lo decimos a un amigo o conocido, nos mire raro) y vayamos a lo importante. Todos tenemos muchos amigos, (aunque los que son de verdad, al final se pueden contar con los dedos de una mano).
En el instituto tuve un profesor que me dijo que los verdaderos amigos serían aquellos que hiciera en esa época. Que los del colegio no valían porque cuando los haces eres demasiado pequeño y que los de la universidad tampoco porque cada uno tiene hecha ya su vida y es difícil conectar. No sé que pensáis de esa teoría, pero en mi caso se cumplió. Del colegio no tengo contacto con nadie y con los de la universidad igual. La panda que montamos en el instituto es la que sigo manteniendo (salvo honrosas excepciones).

Aún así, a aquellos amigos por las circunstancias de la vida (matrimonios / solterías, cambios de barrio / ciudad, trabajos esclavizantes...) no les ves todo lo que quisieras. Y de repente tienes hijos. Y, claro está, esos hijos crecen. Y van al cole. Y allí empiezas con la rutina de invitaciones de cumpleaños. (Yo no recuerdo de pequeño ir a tantos cumpleaños. Si acaso a los de los primos y dando gracias que fueran de tu edad y tuvieras a alguien con quien jugar).

Pero ahora no, ahora si en clase de tus peques son 25 niños, acabas yendo (con suerte) solo a la mitad de cumpleaños. Y claro, al tener varios hijos, se multiplica la cifra. Y ahí te ves, una tarde de sábado, en un parque de bolas rezando para que a tu peque no le de un golpe el bruto de clase mientras se tira por el tobogán. Y mientras, no te queda más remedio que hablar con los otros padres.

¿Y qué ocurre? Pues que cuando terminas de comentar las cuatro cosas que tienes en común con ellos (criticas o alabas al profesor según le vaya a tu hijo. Criticas o alabas al colegio según te gusten o no las normas. Criticas o alabas a los otros niños o a sus padres) se hace un silencio incomodo que solo se rellena cuando llega el típico papá "gracioso" que nadie soporta. Y tú piensas, "tranquilo, solo una hora más, una hora y ya habrá acabado todo".

Y es que, nosotros, por temas laborables, apenas tenemos contacto con los otros padres. Hay algunos que tienen la suerte de dejarles a la entrada y luego desayunar con otros padres y hacer "pandilla" entre ellos. Nosotros les "soltamos" a primera hora y les recogemos a la carrera a última. Y lo más que podemos hacer es saludar con un "hola y adiós" a los otros padres.

Pero un día empiezas a notar que tu hija habla más de una compañera que de las demás. Y te dice que quiere quedar un día con ella, ya sea en su casa o en la nuestra. Y en ese día en el que la mejor amiga de tu hija viene a casa a jugar, cuando sus padres vienen a recogerla, te pones a hablar y al final se hace tarde y acabáis picando algo. Y, ahí, pueden pasar dos cosas. Que descubráis que tenéis menos cosas en común que con un aborigen australiano o que conectéis y que, poco a poco, se conviertan también en amigos tuyos.

Nosotros, por ahora, hemos hecho cierta amistad con los padres de una amiga (no de la mejor) de mi peque mayor. Tienen otra hija de más o menos la misma edad que la de nuestra  peque mediana. Y aunque no tengamos en común muchas cosas, por ahora, nos lo pasamos bien juntos.

Esto es un síntoma más de que los tiempos han cambiado. Antes te hacías amigo de los hijos de los amigos de tus padres, y ahora, parece que hay que hacerse amigo de los padres de los amigos de nuestros hijos. ¿Vosotros que pensáis? ¿Habéis hecho amistad con otros padres del cole de vuestros hijos? O, seguís con los vuestros de toda la vida.

Para terminar, os dejo el vídeo de la canción de Objetivo Birmania para que recordéis viejos tiempos:







2 comentarios:

  1. :-) ¡¡¡Cómo te comprendo!!!
    A mí me parece que el comentario de tu profesor es un anacronismo (o una estupidez) como la copa de un pino. Yo he hecho amigos en todas las etapas de mi vida y de todas conservo alguno... y sí, ahora toca hacerse amiga de los padres de tus hijos. Sorprendentemente, ¡también funciona!

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    1. Yo es que soy muy raro y desde siempre me cuesta "conectar" con la gente y como he dicho en el post, los que me quedan son los amigos que hice en el instituto. Del colegio alguno, pero porque coincidimos en el instituto también. Y de la universidad no guardo contacto con nadie.

      Gracias por pasarte, leerme y sobre todo comentar.

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