miércoles, 1 de junio de 2016

EL MEJOR MES DE MI VIDA

Con mis dos primeras peques solo tuve dos días de permiso por paternidad. Tuve que usar parte de mis vacaciones para quedarme unos quince días en casa.

Con la tercera, entre que habían aumentado el permiso y que ya éramos familia numerosa, me junté con casi un mes en casa y puedo decir que fue EL MEJOR MES DE MI VIDA.


Voy a dar la visión desde el punto de vista de un papá. Los dos días de antes eran una puta mierda y con el aumento, lo siguen siendo. En aquellos dos días que había antes, no te daba tiempo a nada. Los perdías en mover papeles. Una cosa que ha mejorado es lo de poder inscribir al bebé desde el mismo hospital y así no tener que desplazarte. Pero también hay que ir a la seguridad social, al trabajo de la mamá, al ambulatorio etc...

Con la tercera, nos lo tomamos todo con mucha más calma. La experiencia es un grado y a pesar de considerarme un padre trimerizo, me quité mucho agobio y mucha tontería de encima. Recuerdo que llevaba a las dos mayores al cole con lo que eso también implica. No suelo poder llevarlas así que aquello también era un gran momento que compartí con ellas. Cuando volvía a casa, mi Santa solía acabar de dar el pecho a la peque y yo me la llevaba al salón para que ella descansara un poco sin estar pendiente de nada ni de nadie.

Y ese era otro de los grandes momentos que nunca olvidaré. Era nuestro momento. Yo me la acurrucaba en mi pecho y nos dormíamos en el sofá. Era algo increíble y casi inigualable. (Han pasado cuatro años y a veces lo repetimos alguna noche de fin de semana mientras vemos alguna película los cinco. Ella se viene a donde estoy, se tumba encima y se queda dormida).

Mi Santa se levantaba, desayunaba, se lavaba y nos íbamos los tres a buscar a las dos mayores. Tuvimos la suerte de que al nacer a mitad de año, casi era el final del cole y salían antes y podíamos (a veces) comer fuera los cinco y pasar la tarde juntos. Siempre que podía, para dormirla, me la tumbaba en el pecho y allí "plegábamos" velas los dos. No sé, a lo mejor son imaginaciones mías, o sueños o lo que me gustaría, pero me gusta pensar que aquel mes nos unió de una manera especial.

No tengo ni idea de cuanto sería el tiempo ideal para que pasen el papá y, sobre todo, la mamá con el bebé antes de volver a trabajar. Solo sé que los dos días que tuve con las mayores fueron poquísimos y que el mes que estuve con la peque, a pesar de ser genial, me pareció insuficiente. Las noches, cuando tienes un bebé se pueden hacer larguísimas. Yo intentaba facilitar todo lo posible la noche a mi Santa. Cambiar el pañal para que no se tuviera que levantar o coger y acostar a la peque en la cuna entre toma y toma. Lo que fuera. Seguro que no hice todo lo que tenía que hacer y podría haberle facilitado más la vida.

Cuatro años después de empezar aquel mes, una de las palabras que me vienen a la cabeza es cansancio. Creo que nunca he estado tan cansando en mi vida como en estos cuatro años. Creo que nunca había tenido esta montaña rusa de sentimientos. He pasado (como si de la película de Disney se tratara) por múltiples sentimientos y sensaciones. He tenido alegría, tristeza, ira, agobio, incertidumbre. Y muchas veces todo eso en un mismo día. Pero por muy cansado o agobiado o enfadado que esté, no borraría estos (más de) doce años de padre y mucho menos, estos últimos cuatro de familia numerosa.

3 comentarios:

  1. Qué bonito! Me alegro un montón de ese vínculo con la pequeña... yo solo tuve una semana, que eran de mis vacaciones, y me las pasé en el hospital. En casa solo estuve un día y medio con ellas. No sabía de donde nos daba el aire, y yo ya estaba trabajando. Imagínate. En fin, felicidades a la pequeña.

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  2. Qué bonito.. El vínculo padre e hijo es algo maravilloso, porque nace, no es como la madre que lo tiene más sencillo en este sentido. Que hayas podido encontrar ese vínculo especial con tu hija y que años después siga intacto dice mucho de tu labor como padre. Tristemente las bajas en España son de risa, pero mientras no cambie la mentalidad de la sociedad y se deje de ver a los hijos como una carga, todo seguirá igual. Mi marido tuvo 18 días de baja, y en la empresa hicieron todo lo posible para convencerle de que no era necesario, que no iba a ser mejor padre por coger la baja. Es triste que este sea el pensamiento, de que no es necesario dedicarle tiempo a los hijos, que no es importante que estemos con ellos. No sólo por colaborar, por ayudar a la madre, sino por la necesidad que tienes de estar con tus hijos, tan sólo eso, el querer acurrucarles, sentirles, bañarles, jugar con ellos y mirarles por horas sin pensar en nada más. Muchas felicidades a la peque, y a toda la familia!

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  3. Precioso!!! ten por seguro que aquel mes y aquellos "plegamientos" de velas, quedaron en ella ;)
    A mi también me parece insuficiente, como tu, mi marido tuvo un mes, y cuando volvió a currar a mi se me hizo un mundo!! porque Nenúfar empezó a dormir toda la noche poco después, concretamente medio mes después, pero ese medio mes que el obviamente tenía que dormir para rendir en el trabajo y yo pasarme la noche en vela con una niña con gases, fue horrible!!!

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