jueves, 3 de diciembre de 2015

MINI VERBAL KINT

¿Habéis visto Sospechosos Habituales? (el que no, que pare de leer, la busque, la vea, la disfrute y vuelva aquí para continuar leyendo). Seguro que sí. Es una de esas obras maestras del cine moderno que todo el mundo ha visto (o por lo menos, sabe de que va).

No voy a hacer una crítica de la película (pero si la hiciera, le daría en la escala de LosÁngelesDePapi, cuatro con cinco sobre cinco) simplemente quiero que recordéis al personaje que interpretó magistralmente Kevin Spacey (y que le valió el Oscar al mejor secundario).

El personaje se llamaba Roger Kint, aunque todos le conocían como Verbal Kint, por lo que le gustaba hablar. Está siendo interrogado por el incendio de un carguero y él se tira toda la película contando la historia de un criminal conocido como Keyser Söze al que nadie ha visto. Una de las grandes frases de la película es "el mejor truco del diablo fue convencer al mundo que no existía".

Si no habéis visto la película (y pensáis verla en algún momento) no sigáis leyendo porque voy a hacer algún spoiler.



Como he dicho antes, Verbal Kint se pasa la película contando al policía que le interroga la historia  de Keyser Söze, dando miles de datos. Hasta que (cuando es demasiado tarde) el policía se da cuenta que todos los datos que le ha contado los ha ido sacando de todo lo que le rodea en la comisaria.

Pues bien, mi peque bebé, a sus maravillosos tres años, va camino de convertirse en una Verbal Kint de la vida. (No por lo delincuente, si no por como cuenta las historias). Me explico. Cuando estamos los cinco, por ejemplo, cenando un día de diario y empezamos los mayores con la ronda de "¿qué tal el día?", las peques empiezan a contar las mil y una anécdotas que les han pasado en el cole.

Por regla general intentamos que no se "pisen" entre ellas, pero claro, las conversaciones las suelen monopolizar las dos mayores hasta que la peque empieza a decir (in crescendo la voz) que "¡¡me toca a mi!!". Y ahí es cuando se convierte en Verbal Kint.

Empieza con un, por ejemplo "pues sabes que un niño de clase se ha caído dentro de un vaso" (y es que tiene un vaso en la mano) "y claro, Peppa estaba saltando por allí" (al lado está su peluche de Peppa), "comiéndose un trozo de pan" (la barra de pan está sobre la mesa) "y se encontró una diadema" (su hermana lleva una), "y mientras otro niño leía un cuento de pegatinas" (por allí hay un cuento)...y así se puede tirar unos (largos) minutos sin casi respirar, contándonos una historia totalmente inventada llena de situaciones, cosas y personajes sacados de todos los objetos que nos rodean en ese momento.

Es algo digno de ver y escuchar. Mientras ella habla yo hago el ejercicio de buscar de donde saca el objeto. Además, tiene buena memoria, y su historia del día, también la adereza con partes de las historias que han contado sus hermanas mayores. Incluso a veces, suele incluir tarareos en plan BSO de canciones que no sé donde las ha oído. (últimamente suele usar mucho "Hawaii Bombay" de Mecano y os puedo asegurar que nosotros no la ponemos en casa).

Y claro, llega un momento en que las hermanas se cansan de esa pirueta descriptiva de su día y la quieren cortar y la peque se indigna porque no la dejan seguir. Nosotros intentamos que termine, pero como le han cortado, empieza otra vez DESDE EL PRINCIPIO con la historia del niño dentro del vaso. Y es ahí donde, si no estamos atentos, puede empezar la guerra (que no tiene nada que envidiar a esos parlamentos de países asiáticos donde se pegan en la tribuna) por quien habla más y más alto. Otra cosa no, pero aburridas, no suelen ser nuestras comidas...Creo que tendríamos audiencia si las emitiésemos en directo.

1 comentario:

  1. Qué genial! La peli, y tu peque. Tiene pinta de salir creativa, guionista, o hasta política!!!! xDDD
    Y es que son tremendos. Mi niña también se inventa cada historia, de esas de las que no es capaz de llegar nunca al final ;)

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