martes, 4 de agosto de 2015

VAYA NOCHECITA

Allá por la década de los noventa del pasado siglo (que mayores nos hacemos) se hizo famoso de la mano de Juan Tamariz el mago Pepe Carrol. Recuerdo que para algunos trucos siempre elegía al que parecía menos espabilado para reírse ¿con? / ¿de? él.

Le sentaba en una silla de madera en la que de vez en cuando le daba calambre y el hombre saltaba asustado. O le daba indicaciones "complicadas" de como sujetar una carta para que el hombre se quedara como cuando a los conejos les deslumbran con las luces de los coches. También le preguntaba varias veces su nombre, para después decirle "buena memoria".

En mitad de esas "gracietas", cuando más apurado se le veía a este ayudante que se había buscado, siempre les decía la frase "vaya nochecita", frase que sirvió como título para un programa que presentó en Telecinco y que me sirve. ahora a mi, para titular este post.

Y es que llevamos alrededor de un mes en que casi todas las mañanas, cuando suena el despertador (aunque los fines de semana también) y nos levantamos, mi Santa y yo nos decimos "vaya nochecita". ¿El motivo?, que la peque mediana (nueve años)  no duerme bien o más concretamente, no se duerme porque tiene miedo.

Duerme en la misma habitación que la peque bebé y hasta hace un mes, lo hacía perfectamente. Pero no sabemos el porqué, pero ahora empieza a llorar, nos llama y dice que tiene miedo, que no puede dormir.

Dice que tiene miedo a que pueda entrar alguien en casa, o miedo a los ruidos, a estar sola en la habitación. Está tan asustada, que pese a este calor tan horrible que nos acompaña todo este verano, duerme con la persiana bajada (no le gusta que entre luz entre las lamas) y la ventana cerrada (para no oír ruidos).

En todas estas noches hemos vivido de todo. Ha habido (las menos) en las que se ha dormido con solo llamarnos una vez. Otras en las que nos hemos quedado un rato sentados en la habitación hasta que se ha dormido. La mayoría nos hemos quedado dormidos con ella.

Sentimos una frustración mayúscula por no saber como ayudarle. Hay noches que se despierta varias veces y nos llama asustada. De estas (otra vez, las menos) conseguimos que se duerma tranquilizándole un poco, pero en la mayoría tenemos que volver a quedarnos un rato.

Lo peor, es que hay noches que estamos tan cansados que somos cualquier cosa, menos una ayuda para relajarle y que se quede dormida. Empezamos con la paciencia por las nubes y le explicamos que no pasa nada y que el miedo que tiene no tiene sentido porque no va a entrar nadie en casa. Pero cuando nos llama por quinta o sexta vez, nuestro nerviosismo ha crecido brutalmente (lo hace inversamente proporcional a las horas que nos quedan de sueño) y hacemos que ella se ponga peor de lo que estaba.

Y es que, por más que le preguntamos que si le ha pasado algo, si ha visto una película o alguien le ha metido miedo de alguna manera, ella dice que no. Así que no sabemos cual es la causa de este problema y lo peor de todo, no sabemos cual es la solución.

Y como he dicho antes, más allá del cansancio por no dormir (al final nos compraremos las gafas de Homer para ir al trabajo), está la frustración por no saber ayudarle. Y es que no es que tenga pesadillas, porque el miedo lo tiene antes de dormir y nos dice que no sueña nada malo. Con la peque mayor nunca nos ha pasado esto. Ha tenido noches que no podía dormirse pero siempre era por algo. Ya sea por volver al colegio después de las vacaciones o porque al día siguiente tuviera algo especial que le pusiera nerviosa.

No sé si tú que estás detrás de la pantalla te ha pasado algo parecido con alguno de tus peques, pero estamos abiertos a cualquier consejo o ayuda. Queremos dejar de decir "vaya nochecita".


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