martes, 3 de diciembre de 2013

NAVIDAD: DÍA TRES. LOS SACAMOCOS

La verdad cuando se me ocurrió (la absurda) idea de escribir todas las noches nuestras andanzas (sobre todo de la peque bebé) en esta (su primera) Navidad pensé que habría más cosas que contar, más "destrozos" en nuestra decoración, pero nada, hoy tampoco ha pasado nada reseñable.


Creo que a la peque ya no le llaman la atención las bolas del árbol. Hoy "sólo" ha cogido y lanzado dos. Pero claro, sigue con sus mocos así que, como ayer, hoy tenía pocas ganas de redecorar la casa.

Y, hablando de mocos, ¿os habéis dado cuenta de lo mucho que han evolucionado los sacamocos? Recuerdo que cuando mis sobrinas eran pequeñas, lo que se llevaba era una especie de "pera". La apretabas, metías la punta en la nariz del bebé y soltabas y aquello, en teoría aspiraba los mocos, el ojo incluso parte del cerebro. Porque claro, no podías controlar la fuerza.

Y ahora por fin, los controlamos nosotros. Ahora le metes el tubito en la nariz y aspiras. Ahora si además del moco, sale también el ojo sí que es culpa nuestra. Eso sí, la primera versión que tuvimos nosotros hará unos diez años, cuando absorbías mucho, el moco traspasaba el algodón, bajaba por el tubo y si te descuidabas, llegaba hasta a tu boca.

La nueva evolución de estos sacamocos están hechos de tal manera que por fin, por mucha fuerza con que aspires, la abertura es tan fina que es imposible "moverle" el ojo y, lo que es más importante, los mocos que aspiras, se quedan dentro del aparato.

Y, ¿vosotros también usáis estos sacamocos? ¿Recordáis aquellos con forma de pera? Cómo yo, ¿habéis corrido el riesgo de comeros alguno?

Y para terminar, si anoche os puse la foto de uno de los árboles de Navidad que hicieron las peques, hoy os pongo el otro.


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