lunes, 17 de junio de 2013

FUNCIÓN FIN DE CURSO

Lo bueno de tener dos peques en primaria es que tenemos dos funciones de fin de curso (toma ya, uh uh uh. Estos pretendían ser los gritos que hacía José Luis Moreno en sus programas). Y encima en días distintos. Así que son dos días seguidos en los que tengo que pedir permiso en el trabajo para salir antes. Son dos días seguidos en los que no como para tener una hora de trabajo menos que recuperar.


En el fondo me gusta ver a las peques sobre un escenario. Lo que no me gusta es ver a otras cinco clases más (realmente son diez, cinco por cada hija). Porque, como en la vida, hay actuaciones malas, muy malas, peores, horribles y alguna muy buena (que suele coincidir con las de mis peques, claro está).

Casi en un 99% de las veces, viendo el baile de una clase puedo saber si lo ha preparado un profesor o una profesora. Empieza la música, salen al escenario, suben los brazos, los bajan mientras dan un paso a la izquierda y otro a la derecha. De repente, en un alarde de innovación, la fila de atrás se pone delante mientras chasquea los dedos. Y los que estaban delante se van atrás moviendo los brazos como si estuvieran nadando a espalda. Estos pasos los repiten hasta casi el final, intercalando lo que podría ser una copia bizarra del baile de los pajaritos, para acabar con unos puestos de rodillas mientras otros levantan un brazo al estilo OT. Cuando salen a saludar te das cuenta que lo has vuelto a hacer, efectivamente el autor de semejante baile es un profesor. Todos los padres aplaudimos. Los de los niños que han actuado lo hacen emocionados, el resto lo hace anonadados por semejante engendro. (No critico a los profesores porque yo me pongo en su piel y supongo que al segundo baile, me pedirían "amablemente" que buscara ayuda profesional).

Cuando el baile lo dirige una profesora la cosa es distinta. Los alumnos interactúan entre ellos, hay saltos, muchos pasos distintos, incluso encajan con la música, vamos, que se nota que de pequeñas vieron la serie Fama.

En cuanto a los alumnos también hay diferencias entre chicos y chicas. Las chicas, por lo general, bailan genial (eso sí, la que no, parece un elefante en una cacharrería) y los chicos todo lo contrario, hay uno o dos, siendo generosos, que bailan bien EN TODO EL COLEGIO.

Como "cantaba" Rodolfo Chikilikuatre, hay cuatro tipos de chicos:

1- El breikindans: este se sabe los pasos y los va haciendo mientras los piensa, así que siempre los hace uno o dos segundos después.

2- El crusaito: este no se sabe los pasos. De vez en cuando acierta con alguno, así que se pasa todo el baile más pendiente de ver donde están sus padres para saludarles que del baile.

3- El MichaelJackson: este es la excepción, este es el que se sabe los pasos y los hace cuando toca, incluso los hace con estilo. (Un Billy Ellot de la vida).

4- El robocop: este se sabe los pasos y lo intenta, pero físicamente es eso, un robot. Baila como si no tuviera articulaciones, la cintura para él no existe y encima de compañera, le han puesto a la que mejor baila y su torpeza innata resalta mucho más.


También he de reconocer que hay profesores que son conscientes de los limitados que son artísticamente, entonces, en vez de innovar, intentan montar una actuación sin grandes movimientos. Recuerdo uno que usó la canción aquella que sonaba en el programa de gomaespuma en la sección de deportes, la de "Estoy loco por el tenis". Los alumnos salían como tenistas y hacían como si estuviesen peloteando, sin más pretensiones. Los movimientos, cuadraban con la música así que quedó perfecta.

De todas las actuaciones que llevo vistas, la mejor fue una de la peque mayor, en segundo de infantil. Hicieron "The time of my life" de la BSO de Dirty Dancing. A pesar de sus cuatro / cinco años el baile estuvo muy bien (tenían profesora, claro) y en el momento cumbre de la canción, cuando Patrick Swayze cogía a la chica y la elevaba sobre su cabeza, la profe lo solucionó cogiendo los chicos en brazos a las chicas. Y lo mejor de todo es que lo hicieron en el momento perfecto de la canción.


Esa sí que fue una gran función de fin de curso.

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